No temáis vosotras, oh bestias del campo; porque reverdecen ya los pastos del desierto; porque el árbol lleva su fruto, y la higuera y la vid dan su producto.
Porque Jehová ha consolado a Sión, ha consolado todas sus desolaciones; y ha convertido su desierto en un Edén, y su soledad en jardín de Jehová; regocijo y alegría serán hallados en ella, acciones de gracias y voz de melodía.
Y dirán las gentes: La tierra que estaba desolada ha venido a ser como el jardín de Edén; y las ciudades antes arruinadas y desoladas y destruídas, están ya fortificadas y habitadas.
¿Y acaso yo no he de tener lástima de Nínive, esta gran ciudad, en la cual hay más de ciento veinte mil seres humanos que no saben discernir su mano derecha de la izquierda, y también mucho ganado?
Durante aquel tiempo cuando se llegaba alguno a un montón de veinte efas, había solamente diez; o cuando se llegaba al lagar para sacar cincuenta batos, había solamente veinte.
Porque habrá siembra de paz; la vid dará su fruto, y la tierra dará su producto, y los cielos darán su rocío; y haré que el resto de este pueblo posea todas estas cosas.