¡Así también tú, hasta la vejez y las canas no me desampares, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todo aquel que ha de venir!
Y será que cuando te preguntare tu hijo el día de mañana, diciendo: ¿Qué es ésto? le dirás: Con poder de mano Jehová nos sacó de Egipto, de la casa de servidumbre.