Ojalá tuviera en el desierto un albergue de viandantes; para que dejase a mi pueblo, para que me alejase de ellos: pues que todos son adúlteros, una asamblea de hombres desleales.
Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos con iniquidad; vuestros labios hablan mentira, y vuestras lenguas profieren maldad.
MUY justo eres, oh Jehová, para que yo contienda contigo; mas quiero tratar contigo de mi causa: ¿Por qué es prosperado el camino de los inicuos? ¿por qué están tranquilos todos los que se portan muy traidoramente?
Porque hasta tus hermanos y la casa de tu padre, aun éstos se han portado engañosamente contigo; aun éstos te han acosado con gritos: no te fíes de ellos aun cuando te hablen palabras buenas.
Y si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me han sucedido estas cosas? por la grandeza de tu iniquidad han sido descubiertas tus faldas, y violentados tus calcañares.
Porque la tierra está atestada de adúlteros, y porque a causa de juramentos falsos se enluta la tierra: están secados los pastos del desierto; puesto que la carrera de estas gentes es hacia el mal, y su valentía consiste en hacer lo que no es recto.
¡Ciertamente mi pueblo es necio, no me han conocido; hijos insensatos son, y no tienen inteligencia; sabios son para hacer el mal, pero nada saben de hacer el bien!
¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!
Se han portado traidoramente para con Jehová: porque le han dado a luz hijos extraños: ahora pues del novilunio los consumirá juntamente con sus campos.
Judá se ha portado deslealmente; y hase cometido abominación en Israel y en Jerusalem; porque Judá ha profanado el Santuario de Jehová, que él ama, y se ha casado con la hija de un dios extraño.
Y con todo vosotros decís: ¿Por qué? Porque Jehová es el testigo entre ti y la mujer de tu juventud, contra quien te has portado deslealmente, aunque ella sea tu compañera y la mujer de tu pacto.
¡Almas adúlteras! ¿no sabéis acaso que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Aquel pues que quisiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.
Y toda aquella generación también fué agregada a sus padres: mas levantóse otra generación después de ellos que no conocía a Jehová, ni las obras que él había hecho por Israel.