¡Dad consejo; haced lo justo; haz que tu sombra sea grata como la noche en los ardores del mediodía; esconde a los desterrados; no descubras al fugitivo!
¡Oh casa de David, así dice Jehová! ¡Administrad la justicia prestamente, y librad al robado de mano del opresor, no sea que salga mi indignación como fuego, y arda de modo que no haya quien la apague, a causa de la maldad de vuestros hechos!
Así dice Jehová: Haced lo recto y lo justo, y librad al robado de mano del opresor: también al extranjero, al huérfano y a la viuda no los maltratéis, ni les hagáis violencia; ni derraméis la sangre inocente en este lugar.
Ahora pues enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y escuchad la voz de Jehová vuestro Dios, para que se arrepienta Jehová del mal que ha pronunciado contra vosotros.
del pobre aparta su mano y no le oprime, no toma usura ni ganancia, según el derecho obra y en mis estatutos anda: éste tal no morirá por la iniquidad de su padre; ciertamente vivirá.
¿No son éstas las palabras que proclamó Jehová por los profetas anteriores, cuando Jerusalem estaba habitada y en prosperidad, juntamente con sus ciudades alrededor de ella, y cuando el Mediodía y la Sefela estaban habitadas?
Y hallaron de los habitantes de Jabés-galaad cuatrocientas jóvenes, vírgenes que no tenían conocimiento carnal de varón; y las trajeron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.