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Referencias Cruzadas

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Jeremías 7:24

Biblia Version Moderna (1929)

Mas ellos no escucharon, ni inclinaron a mí su oído: sino que anduvieron en sus propios consejos, y en la dureza de su depravado corazón; y se han ido hacía atrás y no hacia adelante,

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37 Referencias Cruzadas  

Asimismo protestaste contra ellos para hacerlos volver a tu ley; pero ellos se portaron insolentemente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus preceptos; en los cuales vivirá el hombre que los hiciere: y se negaron a llevar tu yugo, y endurecieron su cerviz, y no quisieron escuchar.

¡Oh si mi pueblo me oyera, e Israel anduviera en mis caminos!

Este pueblo malo que rehusa con desprecio oír mis palabras, que anda en la dureza de su corazón, y se ha ido tras otros dioses, para servirles y para adorarlos, vendrá a ser como este cinto, que no sirve ya para nada.

Porque del modo que se junta el  cinto con los lomos de un hombre, así hice juntarse conmigo a toda la casa de Israel, y a toda la casa de Judá, dice Jehová; ha fin de que fuese mi pueblo, para renombre, y para alabanza, y para gloria: mas ellos no quisieron escuchar.

Tú me has rechazado, dice Jehová; te has vuelto hacia atrás: por tanto extenderé mi mano contra ti, y te destruiré: estoy cansado de dejarme ablandar.

y en cuanto a vosotros, habéis hecho peor que vuestros padres; pues he aquí que andáis cada uno según la dureza de su perverso corazón, por no escucharme a mí.

los cuales no escucharon, ni inclinaron el oído; sino que hicieron duras sus cervices, para no oír, ni recibir la corrección.

Engañoso es el corazón más que a todas las cosas y es desesperadamente malo; ¿quién podrá conocerlo?

si hiciere lo malo delante de mi vista, no escuchando mi voz, yo me arrepentiré del bien que prometí hacerle.

Pero ellos dicen: ¡No hay remedio; pues que andaremos tras nuestras propias ideas, y obraremos cada cual según la dureza de su mal corazón!

los cuales dicen al leño: ¡Mi padre eres! y a la piedra: ¡Tú me has dado a luz! porque me han vuelto las espaldas y no la cara: mas en el tiempo de su calamidad, dirán: ¡Levántate y sálvanos!

Yo te hablé en tu prosperidad,  mas tú dijiste: ¡No escucharé! Este ha sido tu proceder desde tu mocedad; no has escuchado mi voz.

Dicen de continuo a los que me desprecian: ¡Jehová ha dicho: Tendréis paz! y a cada uno que anda en la dureza de su corazón le dicen: ¡Ningún mal vendrá sobre vosotros!

Solamente que reconozcas tu iniquidad, a saber, que contra Jehová tu Dios te has rebelado, y te has prostituído a los dioses extraños debajo de todo árbol frondoso, y no has escuchado mi voz, dice Jehová.

En aquel tiempo Jerusalem será llamada trono de Jehová; y serán reunidas a ella todas las naciones, al nombre de Jehová, en Jerusalem; y no seguirán más la dureza de su depravado corazón.

y ellos, cuando entraron y la poseyeron, no han escuchado tu voz ni han andado en tu ley; nada han hecho de cuanto les mandaste que hiciesen; por lo cual tú has hecho que les suceda todo este mal;

Y me han vuelto las espaldas y no la cara; y aunque les enseñaba, madrugando y enseñando, ellos no querían recibir la corrección.

También os he enviado a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: Volveos cada cual de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras otros dioses para servirles, y habitaréis en la tierra que he dado a vosotros y a vuestros padres pero no inclinasteis el oído, ni me habéis escuchado.

Así dice Jehová: Deteneos en medio de los caminos, y mirad; y preguntad cuáles sean las sendas antiguas, y dónde está el camino bueno; y andad en él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mas ellos dijeron: ¡No andaremos en él!

mas los hijos de mi pueblo no me escucharon, ni reclinaron a mi su oído, sino que endurecieron la cerviz; portáronse peor que sus padres.

¿por qué pues ha apostatado este pueblo de Jerusalem con una apostasía perpetua? ¡Abrazan con tesón el engaño; rehusan volverse a mí!

sino que han caminado en la dureza de su corazón, y en pos de los Baales, según les enseñaron sus padres,

Pero rebelóse contra mí la casa de Israel en el desierto; en mis estatutos no anduvieron, sino que despreciaron mis preceptos, en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron en gran manera mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.

porque habían despreciado mis juicios, y no anduvieron en mis estatutos, y profanaron mis días del descanso; pues que su corazón andaba tras de sus ídolos.

Mas los hijos también se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis preceptos para hacerlos; en los cuales vivirá el hombre que los hiciere; y profanaron mis días del descanso; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos, para desahogar mi ira en ellos, en el desierto.

Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron escucharme; no desecharon cada uno sus cosas detestables de delante de sus ojos, y no abandonaron los ídolos de Egipto; de modo que pensaba derramar mi indignación sobre ellos, para desahogar mi ira en ellos en medio de la tierra de Egipto.

y no hemos escuchado a tus siervos los profetas, que en tu nombre han hablado a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, y a nuestros padres, y a todo el pueblo de la tierra.

También el ídolo mismo será llevado a Asiria, como ofrenda al rey adversario: Efraim recibirá vergüenza, e Israel será avergonzado de su propio consejo.

Porque Israel se ha hecho indomable como novilla cerrera; ahora pues los apacentará Jehová como cordero solitario en lugar espacioso.

Porque son guardados los estatutos de Omri, y todas las obras de la casa de Acab; y andáis en los consejos de ellos, a fin de que yo te haga una desolación, y a los habitantes de ella un silbido; y llevaréis vosotros el oprobio de mi pueblo.

Mas ellos rehusaron escuchar, y se negaron a llevar mi yugo; e hicieron pesados sus oídos para no oír.

y suceda que al oír las palabras de este juramento de maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Yo tendré paz aunque ande en la dureza de mi corazón; a fin de que con la saciedad quite la sed.




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