No me has traído tus corderos para holocausto, y no me has honrado con tus sacrificios: yo no te he causado molestia con ofrendas vegetales, ni te he cansado con incienso.
Aunque ayunen, no oiré su clamor; y aunque ofrezcan holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré; sino que con espada, y con hambre, y con peste, haré exterminio en ellos.
¿A qué intento me traéis olíbano desde Sabá, y caña aromática de países lejanos? vuestros holocaustos no me son aceptos, y vuestros sacrificios no me agradan.
Por tanto les dirás: Así dice Jehová el Señor: Con la sangre coméis, y alzáis los ojos a vuestros ídolos, y derramáis la sangre, ¿y acaso vosotros habéis de poseer la tierra?
En cuanto a los sacrificios que me presentan, es que ellos mismos degüellan carne y se la comen; porque Jehová no tiene complacencia en ellos; ahora pues él se acordará de su iniquidad y castigará su pecado: ¡se volverán a Egipto!
y ofrecerás tus holocaustos (la sangre juntamente con la carne) sobre el altar de Jehová tu Dios; también la sangre de tus demás sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios; pero tú comerás la carne.