Como una fuente brota sus aguas, así brota ella su maldad: violencia y rapiña se oyen en ella; delante de mí continuamente están sus enfermedades y sus heridas.
desde la planta del pie hasta la cabeza, no queda ya en él cosa sana, sino heridas y cardenales y llagas recientes; no han sido cerradas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Sus telas nunca llegarán a ser vestidos, ni ellos podrán cubrirse con sus obras; sus obras son obras de iniquidad, y actos de violencia están en sus manos.
Porque cuantas veces hablo, tengo que quejarme; clamo: ¡Violencia y robo! porque el oráculo de Jehová ha venido a serme un vituperio, una afrenta, todos los días.
¿Por qué clamas a causa de tu llaga? tu dolor es sin remedio. A causa de la grandeza de tu iniquidad, y por haberse aumentado tus pecados, te he hecho estas cosas.
Pues que esta ciudad ha sido para mí objeto de mi ira y de mi indignación desde el día que fué edificada hasta el día de hoy; para que yo la quitara de mi vista,
mientras tus profetas ven para ti visiones vanas, mientras adivinan para ti mentiras, para hacerte tender sobre los cuellos de los inicuos, pasados a cuchillo, cuyo día ha llegado, el tiempo en que la iniquidad acarrea la destrucción.
¶Así dice Jehová el Señor: ¡Basta ya, oh príncipes de Israel! ¡dejad la violencia y la rapiña, y haced juicio y justicia; alejad vuestras extorsiones de mi pueblo! dice Jehová el Señor.