Los atalayas de Israel son ciegos todos ellos; nada saben; todos ellos son perros mudos; no pueden ladrar; soñadores, echados en tierra, amantes del sueño.
Sobre tus muros, ¡oh Jerusalem! he puesto centinelas, los cuales todo el día y toda la noche nunca guardarán silencio. ¡Los que recordáis a Jehová sus promesas, no toméis vosotros descanso,
Y Jehová os ha enviado todos sus siervos los profetas, madrugando y enviando, (aunque no habéis escuchado, ni siquiera habéis inclinado vuestros oídos para escuchar),
Entonces les dirás: ¡Esta es la nación que no escucha la voz de Jehová su Dios, y que no admite la corrección! ya pereció la verdad, y ha sido desterrada de su boca.
La casa de Israel empero no querrá escucharte a ti, porque no quieren escucharme a mí; porque toda la casa de Israel son de frente dura, y obstinados de corazón.
¡PON la trompeta a tu boca! ¡Cual águila viene el enemigo contra la familia de Jehová; por cuanto han traspasado mi pacto, y se han rebelado contra mi ley!
ME pondré, dije, sobre mi atalaya, me colocaré sobre la fortaleza, y estaré mirando para ver qué me dirá Dios, y lo que yo he de responder tocante a mi queja.
No seáis vosotros como vuestros padres, a quienes clamaron los profetas anteriores, diciendo: Así dice Jehová de los Ejércitos: ¡Ruego os volváis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras malas! Pero no escucharon, ni me prestaron atención, dice Jehová.
¶Obedeced a los que tienen el gobierno de vosotros, y someteos a ellos; porque velan por vuestras almas, como los que han de dar cuenta a Dios; a fin de que lo hagan con gozo, y no con pesadumbre; porque esto os sería desventajoso.