Tus jarcias, oh Asirio, están aflojadas; no pueden mantener derecho el mástil, no pueden extender la vela: se reparte entonces el botín de despojos abundantes; y hasta los cojos arrebatan la presa.
y te entregaré los tesoros de las tinieblas, y las escondidas riquezas de lugares secretos; para que sepas que yo, Jehová, el que te llama por tu nombre, soy el Dios de Israel.
¶Y acontecerá que cuando fueren concluídos los setenta años, visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella nación la iniquidad de ellos, dice Jehová; y sobre la tierra de los Caldeos: y la convertiré en desolaciones perpetuas.
Todas las naciones, pues, le han de servir a él, y a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que llegue el tiempo de su tierra también; entonces a ella la reducirán a servidumbre muchas naciones y grandes reyes.
Caerá la espada sobre sus caballos y sobre sus carros de guerra; y sobre toda la gente mixta que hay en medio de ella, y ellos se tornarán como mujeres; la espada caerá sobre los tesoros de ella, los cuales serán saqueados.
¡La violencia hecha a mí y a mi carne, recaiga sobre Babilonia! dirá la habitadora de Sión; y ¡recaiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea! dirá Jerusalem.
En seguida, el Espíritu me elevó y me llevó en visión, por el Espíritu de Dios, a Caldea, a los de la cautividad. Y así subió de cerca de mí la visión que yo había visto.
Por cuanto tú has saqueado a muchas naciones, todo el residuo de los pueblos te saquearán a ti; a causa de la derramada sangre humana, y de la violencia hecha a la tierra, a la ciudad, y a los que habitan en ella.
Y los diez cuernos que viste, y la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda, y comerán sus carnes, y a ella la quemarán con fuego.