¿Por qué te glorías de los amenos valles, de tu Valle que mana abundancia, oh hija rebelde? tú, que confiaste en tus tesoros, diciendo: ¿Quién vendrá contra mí?
No pongáis, pues, vuestra confianza en la violencia, y no os envanezcáis en la rapiña: cuando se aumenten las riquezas, no pongáis en ellas vuestro corazón.
He aquí que estoy contra ti, oh habitadora del valle; y de la peña de la mesa, dice Jehová: vosotros, que decís: ¿Quién descenderá contra nosotros? ¿o quién podrá entrar en nuestras moradas?
¡Volveos, oh hijos reincidentes! dice Jehová, porque yo soy vuestro marido; y os tomaré, uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os traeré a Sión;
Por cuanto has puesto tu confianza en tus haciendas y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Cemos irá en cautiverio, juntamente con sus sacerdotes y sus príncipes.
En cuanto a tu terribilidad, te ha engañado la soberbia de tu corazón, ¡oh tú que habitas en las hendiduras de la peña, tú que tienes asida la cima del collado! pues aunque pusieres tu nido tan alto como el águila, de allí te haré bajar, dice Jehová;
Mas ellos no escucharon, ni inclinaron a mí su oído: sino que anduvieron en sus propios consejos, y en la dureza de su depravado corazón; y se han ido hacía atrás y no hacia adelante,
¶A los que son ricos en este siglo, requiéreles que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, el cual nos da ricamente todas las cosas para gozarlas,
Cuanto se ha glorificado, y vivido en delicias, tanto dadle de tormento y de llanto; porque ella dice en su corazón: Estoy sentada reina, y no soy viuda, ni nunca veré el duelo.