Porque en la cuesta de Luhit con lloro incesante subirán; porque a la bajada de Horonaim se oyen los lastimeros gritos de quebranto.
Mi corazón da alaridos por Moab, cuyos fugitivos huyen hasta Zoar, como una novilla de tres años: porque por la cuesta de Luhit van subiendo con lloro; porque en el camino de Horonaim alzan el grito de quebranto:
¡Óyense gritos desde Horonaim; asolamiento y destrucción grande!
Moab está ya destruído; sus pequeñuelos hacen resonar el grito.