En todas sus aflicciones él fué afligido, y el Ángel de su presencia los salvaba; en su amor y en su compasión los redimió, y los alzaba en brazos, y los llevaba todos los días de la antigüedad.
LA palabra que habló Jeremías a Baruc hijo de Nería, cuando éste había escrito aquellas palabras en un libro, de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joaquim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:
el cual nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado.