Pero aconteció que en el mes séptimo, vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de estirpe real, y diez hombres, con él, e hirió a Gedelías y le mató; mató asimismo a los Judíos y a los Caldeos que estaban con él en Mizpa.
Entonces Ismael hijo de Netanías se puso en pie, y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y le mataron; al mismo que el rey de Babilonia había hecho gobernador del país.
Y como viesen los bárbaros el reptil colgado de su mano, decían entre sí: Sin duda este hombre es homicida, a quien aun cuando haya escapado del mar, la Justicia no le ha permitido vivir.
Y los hirió David desde el crepúsculo de la mañana, hasta la tarde del día siguiente; de manera que no escapó de ellos hombre, salvo cuatrocientos mancebos que cabalgaban sobre camellos, y así se fugaron.