Y Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus gentes, diciendo: No temáis servir a los Caldeos; morad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
Y Gedelías les hizo juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo: No tengáis temor de ser siervos de los Caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
Pero la nación que sometiere su cerviz al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, yo haré que permanezca en su propia tierra, dice Jehová, y la cultivará y habitará en ella.
ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!