Dióle también copia del escrito de la ley que se había promulgado en Susán para exterminarlos; a fin de que la mostrase a Ester, y la impusiese de todo aquello, y para que le encargase que entrara adonde estaba el rey, para pedirle que tuviese compasión, y para hacer súplica a favor de su pueblo.
Y los príncipes estallaron en ira contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en la cárcel, en la casa de Jonatán secretario; porque a ésta la habían convertido en cárcel.
Ahora bien, óyeme te lo ruego, oh rey, señor mío; ruégote te sea acepta mi súplica, y no me hagas volver a la casa de Jonatán secretario, no sea que muera allí.
En efecto, todos los príncipes vinieron a Jeremías, y se lo preguntaron; y él les respondió conforme a todas aquellas palabras que el rey había mandado; y ellos callaron, y se retiraron de él; por manera que el asunto no llegó a conocerse.
y dijeron al profeta Jeremías: Rogámoste séate acepta nuestra petición, y ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, es a saber, por todo este resto del pueblo; porque pocos hemos quedado de muchos que éramos, así como nos están viendo tus ojos;