y te entregaré los tesoros de las tinieblas, y las escondidas riquezas de lugares secretos; para que sepas que yo, Jehová, el que te llama por tu nombre, soy el Dios de Israel.
Tú lo oíste; ¡lo ves todo cumplido! ¿y vosotros, pueblo mío, no lo anunciaréis? Desde ahora te hago saber cosas nuevas, cosas reservadas, que no habías conocido.
¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido; y no hay cosa alguna que sea demasiado difícil para ti;
y les dijo que pidiesen misericordias de parte del Dios del cielo en cuanto a este secreto, a fin de que no destruyesen a Daniel y sus compañeros con los demás de los sabios de Babilonia.
¡A ti, oh Dios de mis padres, doy gracias y te alabo, por cuanto me has dado sabiduría y fortaleza; y porque ahora me has hecho saber lo que te pedimos; pues que nos has dado a conocer el asunto del rey!
Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el Monte de Sión y en Jerusalem habrá algunos que se salven, conforme ha dicho Jehová, y entre el resto que llamare Jehová.
de modo que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, que dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
a la iglesia de Dios que está en Corinto, es decir, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, juntamente con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y el nuestro:
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido; y le daré una piedrecita blanca. y esculpido en la piedrecita un nombre nuevo, que ninguno sabe sino aquel que lo recibe.