Así el rey Joás no se acordó de la benevolencia que Joiada su padre había usado para con él, sino que mató a su hijo; el cual dijo al morir: ¡Véalo Jehová, y pida cuenta de ello!
Sabed empero con toda seguridad que si me hiciereis morir, traeréis la sangre inocente sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus habitantes; porque en verdad Jehová me ha enviado a vosotros para hablar en vuestros oídos todas estas palabras.