y se volvieren a ti con todo su corazón, y con toda su alma en la tierra de su cautiverio, adonde los hubieren llevado cautivos, y oraren, mirando hacia la tierra que diste a sus padres, y hacia la ciudad que has escogido, y hacia la Casa que he edificado a tu Nombre,
Y yo he puesto mis palabras en tu boca, Siervo mío, y en la sombra de mi mano te he escondido, para que extiendas los cielos y fundes de nuevo la tierra, y digas a Sión: ¡Pueblo mío eres tú!
que ordené a vuestros padres, en el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciendo: Obedeced mi voz, y haced los mandamientos míos, conforme a todo lo que os prescribo; así seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios;
Porque así dice Jehová: Cuando se hayan cumplido setenta años para con Babilonia, yo os visitaré, y cumpliré para con vosotros mi buena promesa de haceros volver a este lugar.
sino más bien esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo el camino que os he ordenado, para que os vaya bien.
Por tanto di respecto de ellos: Así dice Jehová el Señor: Yo también os juntaré de entre los pueblos, y os recogeré de entre los países por donde habéis sido dispersados, y os volveré a dar la tierra de Israel.
a fin de que no se extravíe más la casa de Israel, apartándose de en pos de mí, y no se contaminen más con ninguna de sus transgresiones; sino que sean mi pueblo, y yo sea el Dios de ellos, dice Jehová el Señor.
ni se contaminarán más con sus ídolos y con sus cosas detestables, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que yo los salvaré de entre todas sus moradas en donde han pecado; y los purificaré: y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
Y traeré esta tercera parte por el fuego, y los acrisolaré como se acrisola la plata, y los probaré como se prueba el oro; ella clamará a mí, y yo le responderé: diré: ¡Pueblo mío es! y ella dirá: ¡Jehová es mi Dios!
Gracias empero a Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis venido a ser obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual habéis sido entregados;
Ahora empero anhelan otra patria mejor, es decir, la celestial: por le cual Dios no se avergüenza de ellos, para llamarse Dios suyo; porque les tiene preparada una ciudad.
Porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su mente, y en su corazón las escribiré; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo:
Habló entonces Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón vais a volver a Jehová, quitad los dioses extraños de en medio de vosotros, con las Astartes, y fijad vuestro corazón en Jehová, y servidle a él sólo; así él os librará de mano de los Filisteos.