Y acontecerá que en aquel día tornará el Señor la segunda vez a extender su mano para recobrar los restos de su pueblo que aun quedaren, de Asiria, y de Egipto, y de Patros, y de Cus, y de Elam, y de Sinar, y de Hamat, y de las islas del mar.
¡No temas tú pues, oh siervo mío Jacob! dice Jehová, ni te amedrentes, ¡oh Israel! pues he aquí que yo te salvaré, trayéndote de lejanos países, y a tu descendencia, de la tierra de su cautiverio; Jacob pues volverá, y estará quieto y tranquilo, y no habrá quien le espante.
Escuchad el oráculo de Jehová, oh naciones, anunciadlo también a las islas lejanas, y decid: El que esparció a Israel, le recogerá, le guardará, como el pastor a su grey.
entonces también desecharé yo la simiente de Jacob y de David mi siervo, de modo que no tome de su simiente quienes rijan la simiente de Abraham, Isaac y Jacob: porque yo haré tornar su cautiverio, y tendré compasión de ellos.
Y haré abundar sobre vosotras hombres y bestias; los cuales aumentarán y serán fecundos; y haré que seáis habitadas, como erais antiguamente; y os haré más bien que en vuestros principios; y conoceréis que yo soy Jehová.
Y se sentarán cada cual debajo de su parra, y debajo de su higuera; y no habrá quien los espante: porque la boca de Jehová de los Ejércitos lo ha dicho.
Mas tú, Bet-lehem Efrata, demasiado pequeña para estar entre los miles de Judá, de ti saldrá para mí aquel que ha de ser Caudillo en Israel, cuya procedencia es de antiguo tiempo, desde los días de la eternidad.
¡Pastorea a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu herencia, que habita solitario en la selva, en medio del Carmelo! ¡pazcan ellos en Basán y en Galaad, como en los días de la antigüedad!
El residuo de Israel no hará iniquidad, ni hablará mentiras, ni será hallada en su boca una lengua engañosa: por lo cual, como ovejas, apacentarán y sestearán, y no habrá quien los espante.
Mientras yo estaba con ellos en el mundo, los guardaba en tu nombre: a aquellos que me has dado los he guardado, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.