dirás pues: Oye el oráculo de Jehová, oh rey de Judá; que te sientas sobre el trono de David, tú, y tus siervos, y tu pueblo que entra por estas puertas.
Con lo cual dijo Micaya: Por lo mismo, oye tú el oráculo de Jehová: Yo ví a Jehová sentado sobre su trono, y a todos los ejércitos celestiales que estaban al rededor de él, a su diestra y a su siniestra.
Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin; se sentará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo, y para sustentarlo con juicio y justicia, desde ahora y para siempre. ¡El celo de Jehová de los Ejércitos hará esto!
Dirás pues: ¡Oíd el oráculo de Jehová, oh reyes de Judá, y vosotros los habitantes de Jerusalem! Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que voy a traer un mal sobre este lugar, tal así que a cualquiera que lo oyere le retiñirán los oídos:
Porque si a la verdad hiciereis esto, entonces entrarán por las puertas de esta Casa reyes que se sienten sobre el trono de David, y que monten en carros de guerra y en caballos; tanto el rey como sus siervos y su pueblo.
¶Así dice Jehová, el Dios de Israel: Vé y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así dice Jehová: He aquí que voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y él la quemará a fuego.
Por tanto, así dice Jehová acerca de Joaquim rey de Judá: No tendrá hijo que se siente sobre el trono de David; y su cadáver será echado fuera, expuesto de día al calor, y a la escarcha de noche.
Ponte en pie en la puerta de la Casa de Jehová, y proclama allí esta palabra; dirás pues: ¡Oíd el oráculo de Jehová, todos los habitantes de Judá que entráis por estas puertas para adorar a Jehová!