mas él mismo caminó, desierto adentro, la jornada de un día: y llegado, sentóse debajo de un arbusto, y pidió para sí la muerte, diciendo: ¡Ya basta, oh Jehová, quítame la vida; porque no soy yo mejor que mis padres!
¡Ay de mí, madre mía! ¿por qué me diste a luz, hombre de contención, como soy, y hombre de discordia, para toda esta tierra? No he prestado dinero a interés, ni me lo han prestado a mí; y sin embargo cada uno de ellos me maldice.