Dirás pues: ¡Oíd el oráculo de Jehová, oh reyes de Judá, y vosotros los habitantes de Jerusalem! Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que voy a traer un mal sobre este lugar, tal así que a cualquiera que lo oyere le retiñirán los oídos:
Israel era entonces santidad a Jehová, sus primicias de los frutos: a ¡todos los que le devoran serán tenidos por culpables; vendrá sobre ellos el mal! dice Jehová.
¿No adviertes lo que habla este pueblo, diciendo: A las dos familias que escogió Jehová, él las ha desechado? Y así desprecian a mi pueblo, para que no sea más nación delante de ellos.
Ponte en pie en la puerta de la Casa de Jehová, y proclama allí esta palabra; dirás pues: ¡Oíd el oráculo de Jehová, todos los habitantes de Judá que entráis por estas puertas para adorar a Jehová!
¡OÍD el oráculo de Jehová, oh hijos de Israel! porque Jehová tiene una contienda con los habitantes del país, por cuanto no hay verdad, y no hay misericordia, y no hay conocimiento de Dios en la tierra.