ASÍ me dijo Jehová: Anda y compra una botella de barro, obra de alfarero; y tomarás algunos de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;
Envió también a Eliaquim, mayordomo de palacio, y a Sebna, secretario, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de saco, a Isaías profeta, hijo de Amoz.
Pues será rota la pared, como se rompe un vaso de alfarero, que, sin perdonarlo, lo hace pedazos; de modo que no sea hallado entre sus fragmentos ni un tiesto, para coger fuego del hogar, o para sacar agua de un aljibe.
Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: Toma estas escrituras, a saber, esta escritura de propiedad sellada, y esta otra escritura abierta, y las pondrás en una vasija de barro, para que se conserve muchos días.
BETH.- Los esclarecidos hijos de Sión, una vez igualados con el oro puro, ¡cómo son ahora desestimados, cual si fuesen vasos de barro, obra de manos de alfarero!
Y TÚ, oh hijo del hombre, toma un cuchillo agudo, una navaja de barberos tomarás, y harás pasar por tu cabeza y por tu barba. Luego tomarás unas balanzas de pesar, y dividirás los pelos en tres partes.
¡Al anciano, al joven, y a la doncella, y a los niños, y a las mujeres, matadlos, hasta exterminarlos! mas no os lleguéis a ninguno en quien esté la marca; ¡y comenzad desde mi Santuario! Comenzaron pues por los ancianos que estaban delante de la Casa.
¶Y Jehová respondió a Moisés: Reúneme setenta hombres de los ancianos de Israel, de los que tú sabes que son ancianos del pueblo y magistrados suyos; y los traerás al Tabernáculo de Reunión, y los harás estar en pie allí contigo.
Y viniendo éste a nosotros, cogió el ceñidor de Pablo, y atándose las manos y los pies, dijo: Así dice el Espíritu Santo: De esta manera atarán los judíos en Jerusalem al hombre, cuyo es este ceñidor, y le entregarán en mano de los gentiles.