¡Ay de ti, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, raza de malhechores, hijos de vida estragada! ¡han abandonado a Jehová, han despreciado al Santo de Israel, se me han extrañado, se han vuelto atrás!
Y en efecto la palabra de Jehová les era precepto sobre precepto, precepto sobre precepto, línea sobre línea, línea sobre línea, aquí un poco, allí otro poco; a fin de que vayan adelante, y caigan hacia atrás, y sean quebrantados, y sean enredados y cogidos.
Pero los Egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; cuando pues Jehová extendiere su mano, tropezarán los ayudantes, y caerán los ayudados, y todos ellos fracasarán juntos.
Y pronunciaré mis juicios contra ellas respecto de toda su maldad; por cuanto me han dejado a mí, y queman incienso a otros dioses, y se postran ante la obra de sus mismas manos.
Y los estrellaré a unos contra otros, padres e hijos juntamente, dice Jehová: no tendré piedad, ni perdonaré, ni usaré de compasión, de modo que no los destruya.
porque dos males ha hecho mi pueblo: a mí me han dejado, fuente de aguas vivas, labrando a pico para sí aljibes, aljibes rajados, que no pueden retener las aguas.
Tu misma maldad te reprenderá, y tus propias apostasías te corregirán; para que sepas y veas que es cosa mala y amarga el haber tú dejado a Jehová tu Dios, y el no estar mi temor en ti, dice el Señor Jehová de los Ejércitos.
Entonces dije para mí: ¡No haré mención de él, ni hablaré más en su nombre! pero su palabra fué en mi corazón como fuego consumidor, encerrado en mis huesos; me cansé pues de refrenarme; no pude callar.
Sí; de modo que no pudo aguantarlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, y a causa de las abominaciones que cometisteis; por lo cual vuestra tierra ha venido a ser un desierto y un asombro, y una maldición, sin habitante; como parece hoy:
Por tanto estoy lleno de la indignación de Jehová; ya cansado estoy de refrenarme: la he de derramar sobre los niños en la calle, y asimismo sobre la reunión de los mancebos: pues hasta el marido y la mujer serán presos, el anciano y aquel que está lleno de días.
Y sus casas serán transferidas a otros, juntamente con sus campos y sus mujeres; pues voy a extender mi mano contra los habitantes del país dice Jehová.
¡Escucha, oh tierra! He aquí que voy a traer el mal sobre este pueblo, es a saber, el fruto de sus mismos pensamientos: porque no han escuchado mis palabras, y en cuanto a mi ley, la han rechazado con desprecio.
Mas ellos no escucharon, ni inclinaron a mí su oído: sino que anduvieron en sus propios consejos, y en la dureza de su depravado corazón; y se han ido hacía atrás y no hacia adelante,
Avergonzados están los sabios; aterrados están y presos; he aquí que han rechazado con desprecio la palabra de Jehová: ¿qué sabiduría pues podrá haber en ellos?
Asimismo respecto del profeta, cuando se dejare engañar, y así hablare cualquiera cosa; yo Jehová de hecho engañar a ese profeta; y extenderé mi mano contra él, y le destruiré de en medio de mi pueblo Israel.
por tanto, he aquí que yo voy a extender mi mano contra ti, y te entregaré para que seas un despojo a las naciones, y te cortaré de entre los pueblos, y te haré perecer de entre los países, y te destruiré; y conocerás que yo soy Jehová
y le dirás: Así dice Jehová el Señor: He aquí que yo estoy contra ti, oh serranía de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y haré que seas una desolación y un asombro.
¡Del poder del sepulcro yo los rescataré, de la muerte los redimiré! ¿dónde están tus plagas, oh muerte? ¿dónde está tu destrucción, oh sepulcro? Cambio de propósito será escondido de mi vista.
Y extenderé mi mano contra Judá, y contra todos los habitantes de Jerusalem; y cortaré de este lugar todo vestigio de Baal, y el nombre mismo de los Kemarim, juntamente con los sacerdotes de Baal;