Tu sustancia y tus tesoros, oh Jerusalem, yo los entregaré de balde al saqueo, y esto a causa de todos tus pecados, los cuales has cometido en todos tus términos:
Ahora pues, ¿qué hago yo aquí, dice Jehová, cuando mi pueblo es quitado por nada, y los que le rigen alzan el grito de triunfo, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día?
Sus viudas se me aumentan más que la arena de los mares; les traigo el asolador al mediodía, contra la madre del escogido guerrero: hago caer sobre ella de repente angustia y terrores.
¡Oh montaña mía en el campo, tu sustancia y todos tus tesoros los entregaré al saqueo! tus altos también edificados para el pecado en todos tus términos.
Y le entregaré todas las riquezas de esta ciudad, y todo el producto de sus labores, y todas sus cosas preciosas; asimismo entregaré todos los tesoros de los reyes de Judá en mano de sus enemigos, quienes los saquearán, y apoderándose de ellos, los llevarán a Babilonia.
Sabá y Dedán y los comerciantes de Tarsis, y todos sus príncipes, te dirán ¿Para arrebatar el despojo has venido? ¿para saquear la presa has reunido esa tu multitud? ¿para llevarte plata y oro, para tomar ganados y bienes, para arrebatar grandes despojos?
Y sus riquezas vendrán a ser despojo, y sus casas una desolación: pues edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.