Mi corazón da alaridos por Moab, cuyos fugitivos huyen hasta Zoar, como una novilla de tres años: porque por la cuesta de Luhit van subiendo con lloro; porque en el camino de Horonaim alzan el grito de quebranto:
La tierra está de luto y desfallece; el Líbano está avergonzado y languidece; Sarón se ha tornado en desierto, y el Basán y el Carmelo sacuden sus hojas.
Porque la viña de Jehová de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son la planta de su deleite; y él esperaba la equidad, ¡mas he aquí derramamiento de sangre! y justicia, ¡mas he aquí el clamor de los oprimidos!
Sí, la han convertido en una desolación; se me queja a mí siendo desolada: desolada está toda la tierra; por cuanto no hay hombre que reflexione en su corazón.
¿Hasta cuándo llorará la tierra, y se marchitarán las plantas de todo campo? A causa de la maldad de los que habitan en ella, las bestias han perecido, y las aves; por cuanto ellos dijeron: ¡Jehová no verá nuestra postrimería!
Óigase un clamor procedente de sus casas, cuando traigas sobre ellos merodeadores de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y escondieron lazos para mis pies.
Por esto la tierra se pondrá de luto, y se ennegrecerán los cielos allá arriba; porque yo lo he dicho, yo lo tengo resuelto, y no cambio de propósito, ni me apartaré de ello.
Las naciones ya tienen noticia de tu oprobio, y tus alaridos llenan la tierra; porque, en la fuga, valiente tropieza con valiente, entrambos caen juntos.
CHETH.- Determinó Jehová destruir el muro de la hija de Sión; extendió el cordel; no retrajo su mano de la obra de demolición; ha hecho lamentar el baluarte y el muro; juntamente desfallecen.
TAV.- Sus puertas están hundidas en tierra; él mismo destruyó e hizo pedazos sus barras; su rey y sus príncipes están entre las naciones ¡ya no hay ley; y sus profetas no hallan más visión de Jehová!
Por esto se lamentará la tierra, y todos los que habitan en ella desfallecerán, juntamente con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces de la mar perecerán.
Proclamad riguroso ayuno, convocad asamblea solemnísima; reunid a los ancianos y a todos los habitantes de la tierra, en la Casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.
Y he llamado la sequía sobre la tierra, y sobre las montañas, y sobre el trigo, y sobre el mosto, y sobre el aceite, y sobre lo que produce la tierra, y sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda labor de manos.
Como a estas horas el día de mañana te enviaré un hombre del país de Benjamín, a quien ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y él salvará a mi pueblo de mano de los Filisteos; porque he mirado propicio a mi pueblo, por cuanto ha llegado a mí su clamor.