ENTONCES miré, y he aquí que en la expansión que estaba sobre las cabezas de los querubines, fué vista por encima de ellos una como piedra de zafiro, como si fuese la apariencia de la semejanza de un trono.
día de tinieblas y de sombras espesas, día de nubes y de densas tinieblas. Como la aurora extendida sobre las montañas, así viene un pueblo numeroso y fuerte; nunca jamás ha habido otro como éste, ni después de él lo volverá a haber, en los años de muchas generaciones.
Y ardieron los hombres con grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, el cual tiene el poder sobre estas plagas; y no se arrepintieron para darle gloria.