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Referencias Cruzadas

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Jeremías 12:12

Biblia Version Moderna (1929)

Los asoladores han venido; se ven sobre todos los cerros pelados del desierto; porque la espada de Jehová devora desde el uno hasta el otro extremo  de la tierra: no hay paz para ninguna carne.

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31 Referencias Cruzadas  

La espada de Jehová está llena de sangre, está untada de sebo; de la sangre de corderos y machos de cabrío; del sebo de riñones de carneros: porque Jehová tiene un sacrificio en Bozra, y grande matanza en la tierra de Edom.

¡No hay paz, dice mi Dios, para los inicuos!

Y será que si te preguntaren: ¿A dónde hemos de salir? les responderás: Así dice Jehová: ¡El que a muerte, a muerte; y el que a espada, a espada; y el que a hambre, a hambre; y el que a cautiverio, a cautiverio!

Pues así dice Jehová: No entres en la casa del luto, ni vayas a llorar a los muertos, ni los lamentes; porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, es decir, mi ternura y compasión.

También toda esta tierra será una desolación y un asombro; y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.

¡Alza los ojos a los cerros pelados, y ve! ¿en qué parte no se han acostado contigo? junto a los caminos te has sentado, esperándolos, como el árabe en el desierto; y has contaminado la tierra con tus fornicaciones y con tus maldades.

Mas ya se oye sobre los pelados cerros voz de lloro, las súplicas de los hijos de Israel; por cuanto han pervertido su camino, y se han olvidado de Jehová su Dios.

porque así dice Jehová: Hemos oído el ruido de un terror pánico; hay alarma, y no paz alguna.

Por tanto, así dice Jehová: Vosotros no me habéis escuchado para proclamar libertad cada uno a su hermano y cada uno a su prójimo; he aquí que yo voy a proclamaros a vosotros libertad, dice Jehová, para morir a espada y de peste y de hambre; y os entregaré al maltratamiento entre todos los reinos de la tierra.

Porque así dice Jehová: toda la tierra será hecha una desolación; aunque no haré un exterminio completo.

Porque día es éste de Jehová de los Ejércitos, el Señor, su día de venganza, en que se vengue de sus adversarios: por tanto devorará la espada, y se saciará, y se embriagará con la sangre de ellos: porque Jehová de los Ejércitos, el Señor, tiene un gran sacrificio en la tierra del Norte, junto al río Eufrates.

¡oh espada de Jehová! ¿hasta cuándo no descansarás? ¡Vuélvete a tu vaina, descansa, y estáte quieta!

No hay ya más alabanza de Moab; en Hesbón sus adversarios han tramado el mal contra él; dicen: ¡Venid, cortémosle para que no sea más nación! Tú también, oh Madmena, serás reducida a silencio; la espada te perseguirá.

¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, mas he aquí el desmayo!

También has alejado de mi alma la paz; me olvido de la felicidad;

O si trajere la espada sobre aquella tierra, y dijere: ¡Espada, pasa por esa tierra! y así hiciere cortar de ella hombre y bestia;

Y tú, hijo del hombre, profetiza, diciendo: Así dice Jehová el Señor respecto de los hijos de Ammón, y respecto de su escarnio. Dirás pues: ¡La espada, la espada está desenvainada para el degüello! acicalada hasta más no poder, para relumbrar;

Y por cuanto yo corto de ti al justo y al inicuo, por tanto saldrá mi espada contra toda carne, desde el sur hasta el norte;

¶Otra vez tuve revelación de Jehová, que decía:

Hijo del hombre, profetiza, y di: Así dice Jehová el Señor: Diles: ¡Una espada, una espada afilada y también acicalada!

Una tercera parte consumirás a fuego en medio de la ciudad, cuando hayas cumplido los días del sitio; y tomarás otra tercera parte y la herirás en derredor con espada; y esparcirás otra tercera parte al viento; y yo sacaré espada en pos de ellos.

y a vosotros os esparciré entre las naciones,  y sacaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra será una desolación, y vuestras ciudades serán una soledad.

y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, de allí mandaré la espada, la cual los matará: y fijaré mis ojos sobre ellos para mal, y no para bien.

¡También vosotros los Etíopes seréis traspasados con mi espada!

Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada comerá carne; embriagarélas con la sangre de muertos y de cautivos, de la cabeza de los caudillos del enemigo.

Y salió otro caballo, rojo: y al que estaba sentado sobre éste, le fué dado quitar de la tierra la paz, y hacer que los hombres se matasen unos a otros; y le fué dada una grande espada.




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