¿Qué tiene mi amada que hacer más en mi casa, ya que ha cometido maldad execrable con muchos amantes, y la carne santa pasa de ti? cuando hiciste maldad, entonces te regocijaste.
ASÍ dice Jehová: ¿Dónde está la carta del divorcio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿o a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí que por vuestras iniquidades fuisteis vendidos; y por vuestras transgresiones fué repudiada vuestra madre.
Tus adulterios, y tus relinchos, y tu execrable fornicación, sobre los collados y por los campos, todas tus abominaciones las he visto yo. ¡Ay de ti, oh Jerusalem; tú no quieres que se te haga limpia! ¿después de cuánto tiempo aún, ha de ser así?
Anda y clama a oídos de Jerusalem, diciendo: Así dice Jehová: Acuérdome a tu favor, de la ternura de tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando me seguiste por el desierto, en una tierra que no se sembraba.
¡Volveos, oh hijos reincidentes! dice Jehová, porque yo soy vuestro marido; y os tomaré, uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os traeré a Sión;
Y también, cuando a causa de todos sus adulterios que había cometido la apóstata Israel, la hubiese yo despedido, dándole carta de repudio, ví que su hermana, la desleal Judá, nada temía; sino que ella también se fué y cometió fornicación.
Y JEHOVÁ me dijo: Anda otra vez, ama a una mujer que es amada de su marido, y con todo es adúltera; conforme al amor de Jehová hacia los hijos de Israel, mientras que ellos de su parte se vuelven a otros dioses, y aman los panes de pasas.
Mas cuando vió a Jesús, gritó, y cayó en tierra delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Ruégote no me atormentes!