Por tanto, no ores tú por este pueblo, ni eleves por ellos clamor y oración; porque no les escucharé al tiempo que clamen a mí a causa de su calamidad.
Aunque ayunen, no oiré su clamor; y aunque ofrezcan holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré; sino que con espada, y con hambre, y con peste, haré exterminio en ellos.
Y esto, otra vez, habéis hecho: Cubrís el altar de Jehová con las lágrimas de vuestras mujeres, con sus lloros y sus gemidos; en grado que él ya no vuelve más la cara hacia la ofrenda, ni la recibe de vuestra mano con agrado.
¶Si alguno viere a su hermano cometer un pecado que no es para muerte, debe pedir, y Dios le dará vida; es decir a los que no pecan para muerte. Hay pecado que es para muerte; no respecto de éste digo que se ha de pedir.