¡Pero Jehová es el verdadero Dios; es el Dios vivo, y el Rey eterno! ¡a causa de su ira se estremece la tierra, y las naciones no pueden soportar su indignación!
¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder, y la gloria, y la victoria, y la majestad; porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú te ensalzas como cabeza sobre todas las cosas!
¡Inclina, oh Jehová, tu oído y oye; abre, oh Jehová, tus ojos y ve; y atiende a todas las palabras de Senaquerib, el cual ha enviado a vituperar al Dios vivo!
Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras de Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, ha enviado para vituperar al Dios vivo, y reprenderá las palabras que ha oído Jehová tu Dios; eleva pues la oración a favor del resto que aun nos queda.
He aquí que las naciones le son como una gota de agua, que cae del cubo; y como el menudo polvo las balanzas le son estimadas; he aquí, él alza las islas como cosa menudísima.
¿Acaso tú no sabes? ¿acaso nunca lo has oído decir? ¡El Dios eterno, Jehová, el Creador de los fines de la tierra, no desfallece, ni aun se cansa: no hay quien escudriñe su entendimiento!
Porque así dice el Alto y el Excelso, que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en el lugar alto y santo; habito también con aquel que es de espíritu contrito y humilde; para vivificar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los contritos.
de manera que quien se bendijere en la tierra, se bendiga en el Dios de verdad; y quien jurare en la tierra, jure por el Dios de verdad; porque habránse olvidado las aflicciones anteriores, y porque estarán encubiertas a mis ojos.
Mas, ¡Carga de Jehová! no lo habéis de mentar más; que de otra manera la carga de cada cual será su misma palabra afrentosa; porque habéis pervertido las palabras del Dios vivo, Jehová de los Ejércitos, el Dios nuestro.
Tiembla pues la tierra y se acongoja, porque se cumplen contra Babilonia los propósitos de Jehová de tornar la tierra de Babilonia en una desolación, sin habitante.
¶Mas al cabo de los días, yo Nabucodonosor alcé mis ojos hacia el cielo, y mi juicio me fué restituído; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive eternamente, cuyo dominio es dominio sempiterno, y su reino de siglo en siglo.
De mi parte se establece decreto, que en todo el dominio de mi reino todos teman y se llenen de pavor delante del Dios de Daniel; porque él es el Dios vivo y que permanece para siempre; cuyo reino nunca será destruído, y su dominio permanece hasta el fin.
Y fuéle dado el dominio, y la gloria, y el reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirviesen: su dominio es un dominio eterno, que jamás pasará, y su reino el que nunca será destruído.
También Jehová hace resonar su voz al frente de su ejército; (que muy grande es su hueste;) porque fuerte es el que ejecuta su palabra; porque grande es el día de Jehová y muy terrible, ¿y quién será capaz de soportarlo?
Y se derretirán las montañas debajo de él, y los valles se henderán; como la cera delante del fuego serán, y como las aguas que se precipitan por un despeñadero.
Las montañas se estremecen delante de él, y los collados se derriten; asimismo la tierra se conmueve ante su presencia, el mundo también, y cuantos habitan en él.
Delante de su indignación ¿quién podrá estar en pie? ¿o quién aguantará el ardor de su ira? ¡derrámase como fuego su encono, y los peñascos se despedazan con él!
¡Se para y mide la tierra! ¡echa una mirada, y hace estremecer a las naciones! se esparcen también como polvo las montañas sempiternas, se hunden los collados eternos; ¡suyos son los senderos de las eternidad!
¿Pero quién es capaz de soportar el día de su advenimiento? ¿y quién podrá estar en pie cuando él apareciere? porque será como el fuego del acrisolador, y como el jabón de los bataneros;
¡Señores! ¿por qué hacéis esto? ¡Nosotros también somos hombres como vosotros, sujetos a enfermedad, y os predicamos el evangelio, para que de estas vanidades os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y cuanto hay en ellos!
porque ellos mismos declaran respecto de nosotros, qué manera de entrada tuvimos a vosotros, y cómo os volvisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
¶A los que son ricos en este siglo, requiéreles que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, el cual nos da ricamente todas las cosas para gozarlas,
Y les dijo Josué: En esto conocenéis que el Dios vivo está en medio de vosotros, y que infaliblemente desposeerá de delante de vosotros al Cananeo, y al Heteo, y al Heveo, y al Perezeo, y al Gergeseo, y al Amorreo y al Jebuseo.
Sabemos empero que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos a aquel que es verdadero; y nosotros estamos en el que es verdadero, es decir, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.
Jehová, cuando tú saliste de Seir, cuando marchaste del campo de Edom, la tierra se estremeció, también los cielos gotearon, también las nubes gotearon aguas.
¶Entonces habló David a los hombres que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué se ha de hacer al hombre que matare a aquel filisteo, y quitare este oprobio de Israel? porque ¿quién es este filisteo incircunciso para que afrente las huestes del Dios vivo?