Y dijo Dios: Vé, porque yo estaré contigo; y esto te será la señal de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto, serviréis a Dios en este monte.
Cuando pasares por las aguas, estaré yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti:
¡Escuchadme, los que conocéis la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley! no temáis el vituperio de los hombres, ni os acobardéis con motivo de sus ultrajes:
Pero Jehová está conmigo como un guerrero formidable; por tanto los que me persiguen tropezarán, y nada podrán; muy avergonzados serán, porque no saldrán con su empresa: les será una afrenta eterna que nunca será olvidada.
Porque contigo estoy yo, dice Jehová, para salvarte; pues exterminaré todas las naciones en donde te he dispersado, mas no te exterminaré a ti; sin embargo, te corregiré con moderación, y no te dejaré absolutamente sin castigo.
No tengáis miedo del rey de Babilonia, a causa de quien estáis atemorizados; no tengáis miedo de él, dice Jehová; porque con vosotros estoy yo, para salvaros y para libraros de su mano:
¡He aquí que existe nuestro Dios, a quien nosotros servimos; él tiene poder para libramos del horno ardiendo en fuego; y de tu mano, oh rey, él nos librará!
Él entonces respondió, diciendo ¡He aquí, yo veo cuatro hombres, sueltos, paseándose en medio del fuego; y ningún daño han padecido; y el parecer del cuarto es semejante a un hijo de los dioses!
¶Y viendo ellos el denuedo de Pedro y de Juan, y percibiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y al fin los reconocían, que eran de los que habían estado con Jesús.