Entonces Jacob tomó para sí varas de álamo y de avellano y de plátano oriental, y descortezó en ellas listas blancas, haciendo descubrir así lo blanco que había en las varas;
¶Y Jehová me dijo: ¿Qué ves, Jeremías? Y respondí: Higos; higos buenos, sumamente buenos; e higos malos, sumamente malos, tanto que no se pueden comer de tan malos que son.
Porque yo soy Jehová; hablaré, y la cosa que dijere se efectuará; no se dilatará más; porque en vuestros mismos días, oh casa rebelde, diré la palabra, y la haré cumplir, dice Jehová el Señor.
Y Jehová me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amós? A lo que respondí: Una plomada. Y dijo el Señor: He aquí que yo aplicaré la plomada en medio de mi pueblo Israel; ya no le pasaré más por alto.
Y él me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amós? Y respondí: Un canasto de frutas de verano. Entonces Jehová me dijo: Ha llegado el fin de mi pueblo Israel; ya no le pasaré más por alto.
Y me dijo: ¿Qué es lo que ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro, todo de oro, y su tazón en su remate, y sus siete lámparas sobre él; con siete tubos cada uno, para las lámparas que están en la cima de él;
Y sucedió que al día siguiente entró Moisés en el Tabernáculo del Testimonio; y he aquí que había florecido la vara de Aarón, la de la casa de Leví; y echando botones, había brotado flores y producido almendras.