¡Sí, tú, oh Jehová, Dios de los Ejércitos, el Dios de Israel, despierta para visitar a todos esos gentiles! ¡no tengas piedad de ningún inicuo traidor! (Pausa.)
Solamente vanidad son los hombres de humilde condición, mentira son los grandes; puestos en la balanza tienen que subir; ¡todos ellos juntos son menos que la vanidad!
Al secarse sus ramas, serán quebradas; las mujeres vendrán y las encenderán; porque no es pueblo de entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá compasión de él, y el que lo formó no le mostrará favor.
Mas tú sabes, oh Jehová, todo su propósito contra mí para hacerme morir: ¡no perdones su iniquidad, y su pecado no sea borrado de tu vista; antes sean hechos tropezar delante de ti; trata con ellos en el tiempo de tu ira!
Nadie os defraude de vuestro premio, complaciéndose en una humildad exagerada y culto de los ángeles; entremetiéndose en cosas que nunca vió, hinchado vanamente por su ánimo carnal;
Las cuales observancias tienen a la verdad alguna apariencia de sabiduría, en un culto voluntario, y en una humildad exagerada, y en severidad para con el cuerpo; pero no son de valor alguno en contra de la satisfacción de los deseos de la carne.
Mas Josué respondió al pueblo: No podréis servir a Jehová; porque es Dios santo; Dios celoso es; no sufrirá vuestras transgresiones y vuestros pecados.