¡HE aquí a mi Siervo, a quien yo sustento, mi Escogido, en quien se complace mi alma; he puesto mi Espíritu sobre él, y traerá justicia a las naciones!
¡Acercaos a mí, escuchad esto! no he hablado en secreto desde el principio; desde el tiempo que esto ha sido, allí he estado yo. Y ahora, Jehová el Señor me ha enviado, y también su Espíritu.
EL Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, por cuanto Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar a los cautivos libertad, y a los aprisionados abertura de la cárcel;
Y habiendo sido bautizado, Jesús subió luego del agua; y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que bajaba como paloma y venía sobre él.
Y ANTES de la fiesta de la Pascua, conociendo Jesús que había llegado su hora para salir de este mundo, e ir al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
No hablo respecto de todos vosotros: yo sé a quiénes he escogido: mas esto sucede para que se cumpla la Escritura: El que come mi pan, alzó contra mí el calcañar.
Dícele Jesús: No me toques; porque no he subido todavía al Padre: mas vé a mis discípulos, y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, y a mi Dios y vuestro Dios.
los cuales también les decían: Varones galileos, ¿por qué os quedáis mirando así al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis visto ir al cielo.
Y cuando hubieron llegado, subieron al aposento alto, donde hacían morada Pedro, y Juan, y Santiago, y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago hijo de Alfeo y Simón el celador, y Judas hermano de Santiago.
(comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día en que fué tomado arriba de entre nosotros), uno de éstos mismos sea hecho testigo juntamente con nosotros de su resurrección.
relativo a Jesús de Nazaret; cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder; el cual anduvo haciendo bienes por todas partes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.
PABLO, apóstol (no de parte de los hombres, ni por medio de hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos),
Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.
Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.
para que tengáis memoria de las palabras que fueron dichas antes por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador, que ordeno por medio de vuestros apóstoles;
REVELACIÓN de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y él envió y la significó, por medio de su ángel, a su siervo Juan;
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido; y le daré una piedrecita blanca. y esculpido en la piedrecita un nombre nuevo, que ninguno sabe sino aquel que lo recibe.
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del Paraíso de Dios.