¡He aquí que me arrojas hoy de sobre la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré fugitivo y errante en la tierra; y va a suceder que cualquiera que me hallare me matará.
Entonces les respondió Ruben, diciendo: ¿No os decía yo así: No pequéis contra el niño; y no me escuchasteis? ipor tanto ya veis que también su sangre nos es demandada!
¡Cuanto más, cuando unos hombres malvados han muerto a un hombre justo en su misma casa, sobre su cama! Ahora pues, ¿no he de demandar su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?
Ahora empero no le tengas tú por inocente; porque hombre sabio eres, y sabes lo que debes hacer con él; harás pues que desciendan sus canas con sangre a la sepultura.
Así estuvo gozoso todo el pueblo del país; y la ciudad quedó tranquila, después que a Atalia le hubieron dado muerte a filo de espada, junto a la casa del rey.
Contra ti, contra ti solo, he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; lo confieso, a fin de que seas justo en tu sentencia, y exento de culpa en tu juicio.
y no las trajere a la entrada del Tabernáculo de Reunión, para presentar la oblación de Jehová delante de la Habitación de Jehová, sangre le será imputada al tal hombre; ha derramado sangre ilícitamente, y aquel hombre será cortado de en medio de su pueblo:
Y la Congregación librará al homicida involuntario de mano del vengador de la sangre, y la Congregación le hará volver a su ciudad de refugio, adonde haya huído; y habitará en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fué ungido con el aceite santo.
No amancilléis pues la tierra en donde moráis: porque es la sangre lo que más amancilla la tierra; y no se puede hacer expiación por la tierra para limpiarla de la sangre que se ha derramado en ella, sino con la sangre de aquel que la derramó.
porque es ministro de Dios para bien tuyo. Mas si hicieres lo que es malo, teme; porque no en vano lleva la espada: porque es ministro de Dios, vengador suyo, para ejecutar ira sobre aquel que obra mal.
Empero cuando hubiere hombre que aborrezca a su prójimo, y le ponga asechanzas, y se levante contra él, y le hiera mortalmente, de modo que muera, y huya a una de aquellas ciudades;
Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio irá; si alguno mata con espada, es preciso que él sea muerto a espada. En esto está la paciencia y la fe de los santos.
Entonces dijo Samuel: ¡Así como tu espada ha privado a las mujeres de hijos, quede sin hijo tu madre también entre las mujeres! Y Samuel hizo trozos a Agag delante de Jehová en Gilgal.