Por tanto les dirás: Así dice Jehová el Señor: Con la sangre coméis, y alzáis los ojos a vuestros ídolos, y derramáis la sangre, ¿y acaso vosotros habéis de poseer la tierra?
nos ha parecido bien, habiendo llegado a un común acuerdo, elegir de entre nosotros hombres para enviaros juntamente con nuestros amados hermanos, Bernabé y Pablo,
Absteneros de lo sacrificado a los ídolos, y de la sangre, y de lo ahogado, y de la fornicación; absteniéndoos de las cuales cosas, haréis bien. Dios os guarde.
No comeréis ninguna cosa mortecina; al extranjero que habitare dentro de tus puertas la podréis dar, y él la comerá; o la podréis vender a uno de tierra extraña; porque eres tú un pueblo santo a Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su misma madre.