y le nombró Noé, diciendo: Éste nos ha de consolar respecto de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová ha maldecido.
¡No me miréis con desprecio, por cuanto soy morena! pues que el sol me ha mirado. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas: pero mi viña, la que es mía propia, no la he guardado.
¿Quién jamás sirve como soldado a sus propias expensas? ¿quién planta una viña, y no come de su fruto? ¿o quién pastorea un rebaño, y no se alimenta de la leche del rebaño?
¿Y quién es el hombre que ha plantado una viña, y no ha gozado todavía de su primer fruto? Váyase y vuelva a su casa; no sea que muera en la batalla, y otro hombre goce su primer fruto.