Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde, y he aquí que traía una hoja fresca de olivo en el pico. Así entendió Noé que se habían retirado las aguas de sobre la tierra.
Y acordaron de publicarlo, y de hacer pasar pregón por todas sus ciudades, y por Jerusalem, diciendo: ¡Salid al monte, y traed ramas de olivo, y ramas de oleastro, y ramas de arrayán, y ramas de palma, y ramas de árboles frondosos, para hacer enramadas, conforme a lo escrito!