A los seiscientos años de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diez y siete días del mes, en ese mismo día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las ventanas de los cielos fueron abiertas;
Y sucedió que en el año seiscientos y uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, se habían secado las aguas de sobre la tierra. Y quitando Noé la cubierta del arca, miró, y he aquí que estaba seca la haz de la tierra.