Y murió toda carne que se movía sobre la tierra, así de ave como de bestia, y de fiera, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra; y todo hombre.
porque hizo Dios la fiera de la tierra según su género, y la bestia según su género, y todo reptil del suelo según su género; y vió Dios que era bueno.
Y dijo Dios a Noé: El fin de toda carne ha llegado delante de mí; porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos, y he aquí que voy a destruirlos juntamente con la tierra.
Pues yo, he aquí que yo voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir de debajo del cielo toda carne que tiene en sí aliento de vida; todo lo que está en la tierra, morirá.
Porque de aquí a siete días yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y raeré todo ser viviente que he hecho de sobre la faz de la tierra.
Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella.
Por esto se lamentará la tierra, y todos los que habitan en ella desfallecerán, juntamente con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces de la mar perecerán.
Delante de ellos devora un fuego, y tras de ellos abrasa la llama. ¡como el jardín de Edén está la tierra delante de ellos, y tras de ellos, un desierto, una desolación! pues en verdad no hay cosa que se les escape.
Destruiré los hombres y las bestias, destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y los tropiezos de los inicuos; y cortaré al hombre de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.
y si no perdonó al antiguo mundo, mas preservó a Noé (con otras siete personas), pregonero de justicia, cuando trajo Dios el diluvio sobre el mundo de hombres impíos;