Y dijo Dios a Noé: El fin de toda carne ha llegado delante de mí; porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos, y he aquí que voy a destruirlos juntamente con la tierra.
Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días; y también después de que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos, éstos vinieron a ser los poderosos que hubo en los tiempos antiguos, varones de renombre.
Y murió toda carne que se movía sobre la tierra, así de ave como de bestia, y de fiera, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra; y todo hombre.
Y fué raído todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta el reptil y hasta el ave de los cielos; y así fueron raídos de la tierra; y fueron dejados solamente Noé y los que con él estaban en el arca.
Porque de aquí a siete días yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y raeré todo ser viviente que he hecho de sobre la faz de la tierra.
Y olió Jehová el olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su niñez; ni volveré más a herir todo viviente, como acabo de hacerlo.
Y él me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amós? Y respondí: Un canasto de frutas de verano. Entonces Jehová me dijo: Ha llegado el fin de mi pueblo Israel; ya no le pasaré más por alto.
¶Por fe Noé, habiendo sido amonestado por Dios respecto de cosas que no se veían todavía, movido de reverente temor, preparó un arca para la salvación de su casa; por medio de la cual fe suya, condenó al mundo, y vino ser heredero de la justicia que es conforme a fe.