Y llegado que hubieron a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, allí le hicieron el duelo con grande y muy dolorosa lamentación; pues hizo José por su padre duelo de siete días.
Y cuando hubieron pasado los días del llanto por él, habló José a la casa de Faraón, diciendo: Si es que he hallado gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, y le digáis:
y quitará de sobre sí el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa, llorando a su padre y a su madre por todo un mes; y después de esto podrás llegarte a ella y ser marido suyo, y ella será tu mujer.