¡En su consejo no entres, oh alma mía, ni con su asamblea te juntes, honra mía! porque en su saña mataron hombres, y en su voluntariedad desjarretaron bueyes.
Dijo entonces Jacob a Simeón y Leví: Me habéis turbado, haciéndome odioso para con los moradores de este tierra, para con los Cananeos y los Perezeos; y teniendo yo poca gente, se juntarán contra mí y me herirán; y seré destruído, yo y mi casa.
Y David le tomó prisioneros mil y setecientas gentes de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David todos los tiros de carro, mas reservó de ellos para cien carros.
Y le quitó David mil carros de guerra, y siete mil gentes de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David todos los tiros de carro, dejando de ellos para cien carros.
BIENAVENTURADO el hombre que no anda en el consejo de los inicuos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en el banco de los escarnecedores;
¿Por qué te abates, oh alma mía? ¿y por qué te conturbas dentro de mí? ¡Espera en Dios; porque aun le tengo de alabar por la salud que de su rostro viene!
No me he sentado para gozarme en el círculo de los que pasan alegre vida; a causa de tu mano me he sentado solo; pues que me has llenado de indignación.
¡Mis entrañas! ¡mis entrañas! ¡me duelen las paredes de mi corazón; se conmueve mi corazón; no puede estarse quieto, por cuanto has oído, oh alma mía, el sonido de la trompeta y la alarma de guerra!
¶No seáis unidos en yugo desigual con los que no creen: ¿pues qué consorcio tiene la justicia con la iniquidad? ¿o qué comunión tiene la luz con las tinieblas?