Con lo cual cayó Joab en tierra sobre su rostro, e hizo reverencia, y bendijo al rey; y dijo Joab: ¡Hoy sabe tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos, oh rey, señor mío; por lo mismo que ha otorgado el rey la petición de su siervo!
Toi envió a Joram su hijo al rey David, para saludarle y para bendecirle, con motivo de haber peleado contra Hadadezer y destrozádole; porque mucha guerra había tenido Toi con Hadadezer: y Joram trajo consigo vasos de plata y vasos de oro y vasos de bronce.
Además cuando entraron los siervos del rey para bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: ¡Haga Dios que sea el nombre de Salomón mejor que tu nombre, y engrandezca su trono más que tu trono! se ha inclinado el rey sobre su cama.
Y al octavo día despidió el rey al pueblo; los cuales bendijeron al rey, y se fueron a sus moradas gozosos y alegres de corazón por todos los beneficios que había hecho Jehová a David su siervo, y a Israel su pueblo.
Con lo cual él dijo a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi báculo en tu mano, y véte. Si alguno te encontrare, no le saludes; y si alguno te saludare, no le respondas: y pondrás mi báculo sobre el rostro del niño.
¶Y tomando un pan, después de haber dado gracias, lo partió, y se lo dió a ellos, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí.
Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: ¡Déte Jehová hijos de esta mujer, en lugar del préstamo que ella ha prestado a Jehová! Y ellos se volvieron a su lugar.