Y a su padre envió lo siguiente: Diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo y pan y otros alimentos para su padre en el camino.
Entonces tomó el siervo diez camellos, de los camellos de su señor, y fué, llevando consigo de lo mejor de todos los bienes de su señor. Levantóse pues, y fué a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor.
Les dijo entonces Israel su padre: Ya que ha de ser así, haced esto: Tomad de lo mejor del país en vuestras vasijas, y llevad a aquel hombre un presente: un poco de bálsamo, un poco de miel, de especias, de mirra, de nueces y almendras.
y les decían los hijos de Israel: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, y cuando comíamos pan hasta la saciedad! porque nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta Asamblea.