Entonces le dijo Zeres su mujer, con todos sus amigos: Manda hacer una horca de la altura de cincuenta codos; y por la mañana habla al rey para que cuelguen a Mardoqueo en ella; luego entrarás con el rey al banquete gozoso. Y la propuesta pareció buena a Hamán; e hizo preparar la horca.
Y la propuesta agradó a toda la multitud; y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, y Prócoro, y a Nicanor, y a Timón, y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía,
que iba delante de vosotros en el camino, a reconoceros lugar donde hubieseis de acampar, en una columna de fuego de noche, para haceros ver el camino por donde hubieseis de andar, y en una nube de día.