Y aconteció que al tercer día, cuando estaban doloridos, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y entraron en la ciudad confiadamente, y mataron a todo varón.
¡y el Dios Todopoderoso os conceda misericordia delante de aquel hombre, para que os devuelva al otro hermano vuestro, y a Benjamín! ¡Y en cuanto a mí, si he de ser privado de mis hijos, privado seré!
Él entonces les respondió: ¡Paz a vosotros; no temáis! vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os ha dado un tesoro escondido en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacóles a Simeón.
JOSÉ entonces, no pudiendo contenerse delante de todos los que al rededor de él se juntaban, exclamó: ¡Haced que salgan todos de mi presencia! Y no se quedó ninguno con José cuando él se dió a conocer a sus hermanos.
En todas sus aflicciones él fué afligido, y el Ángel de su presencia los salvaba; en su amor y en su compasión los redimió, y los alzaba en brazos, y los llevaba todos los días de la antigüedad.
y ora que sufra un miembro, sufran juntamente con él todos los miembros; ora que sea honrado un miembro, todos los miembros se regocijen juntamente con él.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado.