Entonces habló el príncipe de los coperos a Faraón, diciendo: De mis pecados me acuerdo hoy.
Mas ojalá me tengas presente en tu memoria cuando te fuere bien: y ruégote que uses de misericordia conmigo, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.
Pero el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él.
Hasta el tiempo que se cumplió su palabra, la promesa de Jehová le probaba la fe.