que bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como las arenas a la orilla del mar; y tu simiente poseerá la puerta de sus enemigos;
Y recogió José todos los víveres de los siete años buenos que hubo en la tierra de Egipto: y depositó los víveres en las ciudades; las mieses del campo que estaba al rededor de cada ciudad las depositó dentro de la misma.
Y su hacienda era siete mil ovejas y tres mil camellos, y quinientas yuntas de bueyes, y quinientas asnas, y muy numerosa servidumbre; de manera que aquel hombre era más grande que todos los hijos de Oriente.
De la manera que no pueden contarse las huestes de los cielos, ni medirse las arenas del mar; así yo multiplicaré la simiente de David, mi siervo, y los levitas que ministran delante de mí.
Porque subían con sus ganados y sus tiendas, entrando en el país como langostas en multitud; pues que de ellos y de sus camellos no había número: y entraban en la tierra para destruirla.
Y Madián y Amalec, con todos los hijos de Oriente, estaban tendidos por el valle, siendo como langostas en muchedumbre; y de sus camellos no había número, pues eran como las arenas que están a la ribera del mar en multitud.
Los Filisteos también se juntaron para pelear contra Israel, a saber, treinta mil carros, y seis mil de gente de a caballo, y pueblo como las arenas que están a la orilla del mar en multitud: los cuales subieron, y asentaron campamento en Micmás, al oriente de Bet-aven.